Alaba y da gracias a Jesús por su amor tantas veces como te sea
posible
Es imperativo que alabemos y demos gracias al Señor
por todas las cosas: por la oración contestada y por
la que no. Más alabemos y demos gracias al Señor;
con mayor perfección pondremos en práctica el primer
gran mandamiento: "Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
fuerza..."
(Lc. 10:27).
A medida que abrimos nuestros corazones y mentes en
alabanza al Señor, nos estamos abriendo a su poder
sanador. La mayoría de estas personas gasta su vida
lamentándose de sus problemas, dolores y
sufrimientos. Están tan absortas en sus dificultades
que éstas se convierten en el centro de su oración
cuando este lugar debe ser ocupado por el Señor.
Cuando alabamos y damos gracias a Dios, hacemos de
Jesús el centro de nuestra oración y nos apartamos
de nuestro centro. A medida que apartamos la vista
de nosotros y la volvemos hacia el Señor, Él se
manifiesta de manera extraordinaria. Cuando alabamos
al Señor, le estamos dedicando nuestra atención y,
olvidándonos de nosotros, nos volvemos más
receptivos a lo que Él tiene para darnos.
Cuando una persona recibe oraciones de sanación, la
podemos invitar a una reunión y pedirle que de
gracias y alabe al Señor por el trabajo que el
Espíritu Santo está haciendo dentro de ella. De esta
manera, la persona se apresta a recibir la sanación
que probablemente ya se está llevando a cabo.
Recomiendo los libros escritos por Merlín Carothers,
Campo de Alabanza, El poder de la Alabanza y
Respuestas a la Alabanza, con el fin de llevar a
cabo un excelente estudio sobre la alabanza en
nuestras vidas. Estos libros son lectura obligatoria
para todo cristiano, especialmente para quienes
están en el ministerio de la sanación. Ha sido una
herramienta invaluable en mi propio ministerio.
"Padre celestial, te damos gracias y te alabamos por
el hermoso don que nos has dado en Jesús y por el
maravilloso poder que existe cuando abrimos nuestros
corazones en la oración. Señor, te pido que todos te
alabemos y te demos gracias siempre y en todo lugar.
Te pido que te alabemos y te demos gracias sin
importar las circunstancias por las que estemos
pasando, y que tu Amor nos llene en abundancia. Que
cuando estemos sufriendo alguna pena o apretando los
dientes, podamos ser capaces de alabarte sabiendo
que todas las cosas funcionan para aquellos que
amas. Pido que tu amor sanador fluya en nosotros y
que las áreas difíciles de nuestra existencia sean
sanadas, especialmente la de la autoestima. Que
podamos aprender a amarnos para poder amarte y amar
a los demás.
Te damos gracias y te alabamos, Jesús, por el
trabajo que estás realizando dentro de nosotros en
este momento. Amén". |