Ven
Espíritu Santo.
Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante.
Enséñanos a vivir confiando en el amor insondable de
Dios nuestro Padre a todos sus hijos e hijas, estén
dentro o fuera de tu Iglesia. Si se apaga esta fe en
nuestros corazones, pronto morirá también en
nuestras comunidades e iglesias.
Ven
Espíritu Santo.
Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia.
Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca.
No vivas entre nosotros sin atraernos hacia
su Evangelio y sin convertirnos a su
seguimiento. Que no huyamos de su Palabra,
ni nos desviemos de su mandato del amor. Que
no se pierda en el mundo su memoria.
Ven
Espíritu Santo.
Abre nuestros oídos para escuchar tus
llamadas, las que nos llegan hoy, desde los
interrogantes, sufrimientos, conflictos y
contradicciones de los hombres y mujeres de
nuestros días. Haznos vivir abiertos a tu
poder para engendrar la fe nueva que
necesita esta sociedad nueva. Que, en tu
Iglesia, vivamos más atentos a lo que nace
que a lo que muere, con el corazón sostenido
por la esperanza y no minado por la
nostalgia.
Ven
Espíritu Santo
y
purifica el corazón de tu Iglesia. Pon
verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer
nuestros pecados y limitaciones. Recuérdanos
que somos como todos: frágiles, mediocres y
pecadores. Libéranos de nuestra arrogancia y
falsa seguridad. Haz que aprendamos a
caminar entre los hombres con más verdad y
humildad.
Ven
Espíritu Santo.
Enséñanos a mirar de manera nueva la vida,
el mundo y, sobre todo, a las personas. Que
aprendamos a mirar como Jesús miraba a los
que sufren, los que lloran, los que caen,
los que viven solos y olvidados. Si cambia
nuestra mirada, cambiará también el corazón
y el rostro de tu Iglesia. Los discípulos de
Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su
comprensión y solidaridad hacia los más
necesitados. Nos pareceremos más a nuestro
Maestro y Señor.
Ven
Espíritu Santo.
Haz de nosotros una Iglesia de puertas
abiertas, corazón compasivo y esperanza
contagiosa. Que nada ni nadie nos distraiga
o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un
mundo más justo y digno, más amable y
dichoso, abriendo caminos al reino de Dios.
Mi
oración de hoy es humilde como la del
salmista:«Tu
Espíritu que es bueno, me guíe por tierra
llana»(Sal.
142, 10)."
Juan 20,
19-23
"Al anochecer de aquel
día, el día primero de la semana,
estaban los discípulos en una casa, con
las puertas cerradas por miedo a los
judíos. Y en esto entró Jesús, se puso
en medio y les dijo:
- Paz a
vosotros.
Y,
diciendo esto, les enseñó las manos
y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió:
-Paz
a vosotros. Como el Padre me ha
enviado, así también os envío yo.
Y, dicho
esto, exhaló su aliento sobre ellos
y les dijo:
- Recibid
el Espíritu Santo; a quienes les
perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los
retengáis, les quedan retenidos."
¡ Renuévate !
Mas bien transfórmense a
partir de
una renovación
interior Rom12,2
El
hombre exterior se va desmoro-
nando, el hombre interior
se va re-novando de día en día.(Co.
4-16).
Despojaos del hombre viejo con
sus obras, y revestíos del
hombre
nuevo
que se va renovando hasta
alcanzar un conocimiento
perfecto
según
la imagen de su Creador
(Col 3,10).
Renovaos en Espíritu de vuestra
mente, y revestíos del
hombre
nuevo
(Ef 4,23).
Él nos
salvó..... según su misericor-
dia, por medio del baño de
regene-
ración
y de renovación en el Espí-
ritu Santo
(Tit 3,5).
Renovación Carismática Católica en el Espíritu en Canarias -
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