Convicciones Cristianas
Poco
a poco iban muriendo los discípulos que
habían conocido a Jesús. Los que quedaban,
creían en él sin haberlo visto. Celebraban
su presencia invisible en las eucaristías,
pero, ¿cuándo verían su rostro lleno de
vida?. ¿Cuándo se cumpliría su deseo de
encontrarse con él para siempre?
Seguían
recordando con amor y con fe las palabras de
Jesús. Eran su alimento en aquellos tiempos
difíciles de persecución. Pero, ¿cuándo
podrían comprobar la verdad que encerraban?
¿No se irían olvidando poco a poco? Pasaban
los años y no llegaba el Día Final tan
esperado, ¿qué podían pensar?
Las
personas de hoy, como la de todos los
tiempos, sabemos muy bien que en el fondo de
nuestro corazón, está latente la pregunta
más seria y más difícil de responder. ¿Qué
va a ser de todos y de cada uno de nosotros?
También
tú llevas dentro de ti ese interrogante. En
qué van a terminar todos tus esfuerzos, tus
trabajos, tus deseos, tus aspiraciones,
¿terminará todo con la muerte?.
El
discurso apocalíptico que encontramos en
Marcos quiere ofrecer algunas convicciones
que han de alimentar su esperanza. No lo
hemos de entender en sentido literal, sino
tratando de descubrir la fe contenida en
esas imágenes y símbolos que hoy nos
resultan tan extraños.
Primera
convicción. La
historia apasionante de la
Humanidad llegará
un día a su fin. El «sol»
que señala la sucesión de los años se
apagará. La «luna»
que marca el ritmo de los meses ya no
brillará. No habrá días y noches, no habrá
tiempo. Además, «las
estrellas caerán del cielo»,
la distancia entre el cielo y la tierra se
borrará, ya no habrá espacio. Esta vida no
es para siempre. Un día llegará la
Vida definitiva,
sin espacio ni tiempo. Viviremos en el
Misterio de Dios.
Segunda
convicción.
Jesús volverá
y sus seguidores podrán ver por fin su
rostro deseado: «verán
venir al Hijo del Hombre». El
sol, la luna y los astros se apagarán, pero
el mundo no se quedará sin luz. Será Jesús
quien lo iluminará para siempre poniendo
verdad, justicia y paz en la historia humana
tan esclava hoy de abusos, injusticias y
mentiras.
Tercera
convicción. Jesús traerá consigo la
salvación de Dios. Llega con el poder grande
y salvador del Padre. No se presenta con
aspecto amenazador. El evangelista evita
hablar aquí de juicios y condenas. Jesús
viene a«reunir a sus elegidos», los
que esperan con fe su salvación.Tercera
convicción.
Cuarta
convicción. Las
palabras de Jesús «no pasarán». No
perderán su fuerza salvadora. Han de de
seguir alimentando la esperanza de sus
seguidores y el aliento de los pobres. No
caminamos hacia la nada y el vacío. Nos
espera el abrazo con Dios.
No
debemos olvidar que ser cristiano, ser
cristiana, antes que nada es poner nuestra
confianza total en Cristo."
"En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
-
En aquellos días, después de una
gran tribulación el sol se hará
tinieblas, la luna no dará su
resplandor, las estrellas caerán del
cielo, los ejércitos celestes
temblarán.
Entonces
verán venir al Hijo del hombre sobre
las nubes con gran poder y majestad;
enviará a los ángeles para reunir a
sus elegidos de los cuatro vientos,
del extremo de la tierra al extremo
del cielo.
Aprended
lo que os enseña la higuera: cuando
las ramas se ponen tiernas y brotan
las yemas, sabéis que la primavera
está cerca; pues cuando veáis
vosotros suceder esto, sabed que él
está cerca, a la puerta. Os aseguro
que no pasará esta generación antes
que todo se cumpla. El
cielo y la tierra pasarán, mis
palabras no pasarán. El día y la
hora nadie lo sabe, ni los ángeles
del cielo ni el Hijo, sólo el
Padre."
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