Por
la fe,pues, conseguimos
esta santidad, y estamos en paz con Dios, gracias a
Cristo Jesús, nuestro Señor. Gracias a él alcanzamos
este favor en el que permanecemos, y aun hacemos alarde
de esperar nuestra parte de la Gloria de Dios.
No
solo esto.Nos sentimos
seguros hasta en las pruebas, sabiendo que de la prueba
resulta la paciencia; de la paciencia, el mérito, y el
mérito es motivo de esperanza, la cual no espera en
vano, pues el Amor de Dios ya fue derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que se nos dio.
Fijáos,
además,en qué tiempo murió
Cristo por nosotros: cuando todavía éramos pecadores y
debilitados por el pecado. Son pocos los que aceptarían
morir por una persona buena; aunque, tratándose de una
persona buena, tal vez alguien hasta daría la vida. Pero
Dios dejó constancia del Amor que nos tiene y, siendo
aun pecadores, Cristo murió por nosotros. Ahora que, por
su sangre, fuimos santificados, con mucha mayor razón,
por él, nos salvaremos de la condenación. Y si fuimos
reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, cuando
éramos enemigos, con mucha mayor razón ahora,
reconciliados, su vida nos salvará.
No
sólo esto:nos sentimos
seguros en Dios por Cristo Jesús, nuestro Señor, por
medio del cual hemos obtenido la reconciliación.
Solicitamos su
permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en
cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando
consideramos que acepta el uso de cookies. ACEPTAR
| Más Información
|